Aquella mañana hacía frío para los pueblerinos de
aquel lugar, pero para Melanie aquello era como la primavera. Miró hacia la
lejanía, y vio a una pareja de recién casados que paseaban a un perrito
pequeño. Desvió la mirada, y localizó una casa de dos pisos, de un color burdeos.
Entonces, bajó de aquel acantilado y se dirigió hacia el pueblo de Fragam’Che.
Pasó por muchos parques, casas, mercados, gente, y
por fin llegó a su destino: La casa de
Fragam’Che, la inhumana perfecta. Subió los tres peldaños que habían hasta
la puerta, y tocó tres veces al timbre. Pasaron tres o cuatro minutos y le
abrió la enigmática Fragam’Che.
-Ya era hora de volverte a ver, princesa perdida.-
le recibió Fragam’Che detrás de la puerta, esperando una contestación lo
bastante válida para entrar a consultarle dudas.
-Sí.-respondió- Digo lo mismo.- dijo sin perder
tiempo alguno en tonterías.- Es urgente hablar contigo, tengo el diario de
Amber Oliris.
-Entra, si quieres. Pero no me gusta hablar de
Amber, y tú lo sabes.
Fue lo único que quiso decir. Fragam’Che había sido
en su juventud una vampira que había querido vivir en un pueblo, alejada del
mundo y del contacto para no convertirse en un monstruo como Amber Oliris.
Melanie entró detrás de Fragam’Che, y se sentó en un sofá bien cómodo.
Fragam’Che, antes de sentarse, la invitó a un té, y seguidamente comentó:
-Espero que sea importante lo que quieras decirme,
descubrir o saber, pero no me gusta hablar de ello; Tan solo te aviso, Melanie.
Tan sólo es un aviso.-dijo con total arrogancia mirando hacia la Princesa Meyer.
-Bien.-dijo, con una pausa, y tomó un pequeño sorbo
de aquel té que Fragam’Che tenía preparado para ella. Al acabar de beber aquel
sorbo, continuó explicando- Anoche fui a la Fiesta del Rey. Cogí unos
documentos y salí por la ventana, es decir, hice el trabajo que tuve que hacer.
Al acabar, miré los documentos, pero hablaban de una lengua que para mí es
imposible descifrar. Ha sido difícil para mí y para Mat. –dijo mientras le
entregaba los documentos ha Fragam’Che.
Fragam’Che los leyó, ya que conocía aquella lengua y
podía descifrarla. Se había puesto sus gafas que tenía colgada del cuello, para
aumentar la vista y serle más fácil descifrar. Aquella letra era de un idioma
totalmente extraño, llamado ´´ Vocabularys
Xstreme. ´´
-Asique, que por eso has venido… Para descifrarte el
Documento…-dijo mientras observaba el texto con detenimiento.
-Sí, Fragam. Necesito tu ayuda para encontrar a la Dama de los Cuatro Elementos, a la Dama Xshittet.
-¿Qué? Sabes que eso es imposible, Melanie…
-Nada es imposible, si te lo propones. –dijo
mientras se levantaba exhausta. – Es importante para la investigación,
necesitamos su colgante.
-Para que Uliriss Monruet no la secuestre y la
utilize para sus necesidades, es decir, para que no utilice a Xshittet para
gobernar nuestro mundo. ¿No lo entiendes?- dijo apoyándose en el respaldo del
sofá.
Fragam’Che, lo entendía perfectamente, pero sabía
que aquello era imposible mientras estuviera Uliriss Monruet a la caza de
Xshittet. Tendría que contar con la ayuda de Amber, Mat, y si fuera posible, de
Niall Kourssin y sus hermanos.
Melanie, enfadada consigo misma, agachó la vista, y
miró hacia los documentos, con el ceño fruncido. Había que tener alguna
posibilidad, pero aunque contara con ellos, no quería saber nada de Niall hasta
que pasaran dos o tres años… Para ella era un entretenimiento que la
despistaría de la misión, y no quiere fracasar ahora que está a dos pasos de la
meta.
-Propongo que vayas a buscar a Jordan Wilkingg .
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